¿Qué tiene de especial? Empezamos por lo básico: el hormigón celular no es cualquier bloque de construcción. Es ligero, resistente y muy aislante. Este sistema constructivo lleva años siendo utilizado en países europeos y gracias a sus excelentes características está ganando terreno en proyectos de edificación sostenible.
En este nuevo artículo de AbrigaNature, vamos a profundizar en las características y beneficios del hormigón celular.
¿Qué es el hormigón celular?
El hormigón celular es un material de construcción que destaca por su ligereza. Una cualidad que viene gracias a su estructura porosa, que lo diferencia del hormigón tradicional. Está compuesto principalmente por una mezcla de cemento, agua, cal y polvo de aluminio, lo que genera una reacción química que forma millones de burbujas de aire.
Las burbujas son las responsables de su ligereza y propiedades aislantes, características que lo han convertido en una opción ideal para proyectos de alta eficiencia energética. Y es que, el uso de este material abarca desde muros portantes hasta sistemas de partición.
A primera vista, podría parecer que por ser más ligero, es menos resistente. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: el hormigón celular ofrece una resistencia considerable tanto a compresión como a impactos, cumpliendo con las exigencias estructurales de edificios modernos.
Beneficios del hormigón celular
1. Aislamiento térmico y acústico: Gracias a su composición porosa, el hormigón celular es un excelente aislante térmico, lo que ayuda a mantener la temperatura interna de los edificios estable, reduciendo así la necesidad de sistemas de calefacción o refrigeración. Además, su capacidad de aislamiento acústico lo hace ideal para construcciones en áreas urbanas o cercanas a fuentes de ruido.
2. Sostenibilidad: Un aspecto de importancia creciente en la construcción moderna es el impacto ambiental. El hormigón celular se alinea perfectamente con las exigencias de sostenibilidad, ya que se fabrica utilizando menos materiales y energía en comparación con el hormigón convencional. Además, reduce el consumo energético en las edificaciones, lo que significa un menor impacto ecológico a largo plazo.
“Elegir el hormigón celular para un proyecto de construcción es una decisión inteligente por sus beneficios en términos de rendimiento energético y su contribución a la hora de a reducir el impacto ambiental de la edificación”.
3. Ligereza: Su estructura aireada lo hace mucho más ligero que el hormigón tradicional. Es decir, facilita su transporte y manipulación, además de reducir la carga sobre las cimentaciones. ¿Qué permite estas cualidades? Básicamente, construir estructuras más eficientes sin comprometer la estabilidad.
4. Resistencia al fuego: Otro de los grandes beneficios del hormigón celular es su excelente comportamiento frente al fuego. Hablamos de un material que es capaz de soportar temperaturas extremadamente altas sin perder sus propiedades mecánicas, lo que lo convierte en una opción segura para proyectos residenciales y comerciales.
5. Facilidad de uso: El hormigón celular es fácil de cortar y moldear, lo que se traduce en un material versátil en la obra. Su ligereza y la posibilidad de adaptarlo a diferentes formas y tamaños permiten una construcción más rápida y eficiente
“El hormigón celular se adapta a las nuevas normativas de construcción relacionadas con el aislamiento térmico y acústico. Esto, combinado con su ligereza y resistencia al fuego, lo convierte en una solución idónea tanto para grandes proyectos de construcción como para pequeñas obras de rehabilitación”.
¿Cuáles son las aplicaciones del hormigón celular?
El hormigón celular es ampliamente utilizado en proyectos de construcción que buscan eficiencia energética y sostenibilidad. Es un material que ha demostrado ser una opción viable tanto para la construcción de nuevas edificaciones como para la rehabilitación de estructuras antiguas.
El hormigón celular es el futuro de la construcción eficiente y sostenible. Su capacidad para aislar térmica y acústicamente, junto con su resistencia y ligereza, lo hacen un material versátil y altamente eficiente”.
Muros portantes y particiones: Una de sus aplicaciones más comunes es en la creación de muros portantes, donde su ligereza y resistencia lo convierten en un material ideal. Además, es perfecto para particiones internas, ofreciendo un aislamiento acústico superior.
Rehabilitación energética: En proyectos de rehabilitación, el hormigón celular es cada vez más demandado para mejorar la eficiencia térmica de edificios existentes. Su capacidad de reducir puentes térmicos ayuda a mejorar significativamente el rendimiento energético de las construcciones antiguas.